El rol del padre en la lactancia

En otros tiempos las mujeres acompañaban a las otras mujeres en los temas del embarazo, parto, lactancia y crianza. La figura ascentral de la partera, la mujer que ayuda al parto, en la época postmoderna se ha convertido en las comadronas profesionales especializadas en la atención directa al parto.  De la figura de la provisión de soporte psicológico, afectivo, físico, emocional y espiritual durante la tarea de parir, embarazo y crianza  que hacían las demás mujeres de la família, lo más parecido hoy son las doulas.  La mujeres buscan otras mujeres, pero muchos hombres quieren compartir estos momentos y muchas mujeres quieren y desean la presencia de la pareja en estos momentos.

El rol del padre en la gestación y lactancia no tiene ni un siglo de historia pero es de gran importancia. Depende muchas veces de la calidad de su presencia ya en la relación de pareja y en el momento después del nacimiento se convierte en la figura que relaciona al binomo madre-hijo/a con el exterior.

En la lactancia es importante su apoyo en la autoestima y confianza de la madre en los primeros días, muy intensos y con gran dependencia del bebé a su madre: tomas frecuentes, recolocación de la posición, posturas, vaciado de pechos, …

Pero en momentos importantes para el establecimiento de la lactancia: en el parto , hacer respetar los deseos de la madre con el contacto precoz, en prematuridad con compartir el contacto piel a piel (método canguro).

El padre no puede amamantar pero gracias a su apoyo y dando el cuidado a la madre para poder amamantar y hasta que no está establecida la lactancia descargándola de otras ocupaciones, está haciéndolo posible.

 Actualmente, existen grupos específicos para futuros padres, que se realizan durante el embarazo. En ellos, se tratan temas sobre paternidad, corresponsabilidad y crianza, trabajando específicament el rol de padre en la lactancia. (si deseas más información sobre estos grupos, actualmente se ofrecen dentro del Programa d’atenció a la salut sexual i reproductiva, en Barcelona. www.bcn.cat/canviem-ho).

Dudas diversas

 

  • Radiografías

Puede hacerse todas las radiografías que necesite. Incluso radiografías de tórax y mamografías. También puede hacerse ecografías, TACs y resonancias. Con o sin contraste. Ni las radiaciones ni los contrastes perjudican para nada a su bebé. Puede dar el pecho un minuto después de la radiografía, no hay ningún motivo para esperar más.

  • Se me cae el pelo

Es normal. Después del parto se cael el pelo durante varios meses, y luego vuelve a crecer. No tiene ninguna importancia, no tiene nada que ver con la lactancia, no se está quedando calva, no necesita tomar ninguna vitamina ni aplicarse ningún tratamiento caro.

  • Esmpastes dentales

Sí, puede empastarse un diente durante la lactancia, sin ningún problema. Claro que no es tóxico para el bebé (mucho más tóxico sería para la madre, que es la que lo lleva en la boca).

  • Teñirse el pelo

Sí, puede teñirse el pelo. No, no es tóxico (si lo fuera, se intoxicaría usted, no su hijo).

  • Miopía

Dar el pecho no agrava la miopía. No tiene nada que ver. Es un mito como la copa de un pino.

  • Cremas y productos de belleza

Cualquier producto cosmético cuya venta sin receta esté permitida en España se puede usar perfectamente durante la lactancia. El único “peligro” sería que al bebé no le gustase el sabor, así que por si acaso no se lo aplique en el pecho.

  • Rayos UVA

Los rayos UVA no son buenos para la salud. Pero no perjudican a la leche ni al bebé, sólo perjudican a la persona que los recibe.

  • ¿Cuándo seguirá un horario fijo?

Nunca. Los niños no maman con un horario fijo.

  • ¿Cuándo dormirá toda la noche de un tirón?

Es muy variable. Muchos niños duermen, al menos parte de las noches, hacia los dos o tres años.

¿Y yo qué como?

Lo que quiera. Como siempre.

La dieta de la madre influye muy poco en la composición de la leche. Por supuesto, procure tomar una dieta sana. Pero eso es por su propio bien, no por el bien de su hijo.

    • Alimentos prohibidos

No hay ninguno. Puede comer ajos, puede comer espárragos, puede comer alcachofas. Por supuesto, a algún niño concreto podría molestarle el sabor de alguno de estos alimentos (no pasa nada, en unas horas desaparecerá el sabor). Pero a la mayoría les gusta el sabor, sobre todo si es algo que su madre come habitualmente (dentro del útero también les llegan los sabores).

    • Leche

Si le gusta la leche, tome. Pero no es obligatorio. Las vacas no toman leche. Alrededor del 15 % de la población española tiene intolerancia a la lactosa, y la leche les sienta mal.

    • Alimentos para tener más leche

 Por fortuna, no hay ninguno. Si lo hubiera, si de verdad determinado aliento pudiera aumentar la producción de leche… podría producir ingurgitación, y estaría prohibido durante la lactancia.

    • Agua

Beba lo que quiera, según la sed que tenga. No hace falta obligarse a beber una cantidad determinada. Dar el pecho suele producir sed.

    • Vitaminas y suplementos

Durante la lactancia en general no se necesitan suplementos de hierro (a menos que tenga anemia) ni de calcio.

Sí que es conveniente tomar suplementos de yodo, como el Yoduk, 200 microgramos al día. Las necesidades de yodo aumentan durante el embarazo y la lactancia, y sólo con la sal yodada no se cubren.

    • Café

Haría falta tomar muchísima cantidad para que afectase al niño. Si su hijo duerme muy poco, y si usted toma mucho café, mucho chocolate, mucha cola y mucho té, pruebe a pasarse al descafeinado.

    • Alcohol

 El alcohol pasa a la leche. Pero, tomado con moderación (máximo dos consumiciones al día) no perjudica al bebé. En cambio, durante el embarazo sí que es perjudicial cualquier cantidad de alcohol, por pequeña que sea.

    • Dieta vegetariana

La dieta vegetariana estricta (y la dieta ovolactovegetariana, si no toma cada día abundante leche y huevos) no tiene vitamina B12. No hay ningún vegetal que contenga vitmina B12. El alga espirulina, el tempeh, el miso, la jalea real, la levadura de cerveza… NO tienen vitamina B12. Es muy importante tomar suplementos de vitamina B12 toda la vida; y es especialmente importante durante el embarazo y la lactancia. Se han producido problemas neurológicos graves, incluso la muerte, en hijos de madres vegetarianas o macrobióticas que no tomaban suplementos. Recuerde que los médicos no suelen saber mucho sobre el vegetarianismo, y por tanto puede que no se acuerden de recomendarle el suplemento. Tiene que preocuparse usted. Encontrará amplia información, incluyendo dosis y marcas comerciales, en la web de la Unión Vegetariana Española

 

Alimentación complementaria

Hasta los seis meses se recomienda la lactancia materna exclusiva. Sin zumos, sin papillas, sin biberones, sin agua.

¿Y si se queda con hambre? Pues déle más pecho.

A partir de los seis meses se empiezan a ofrecer otros alimentos.

  • De uno en uno con una semana (más o menos) de diferencia. Es decir, una sola fruta, un solo cereal, no una mezcla de varios. Así, si le sienta mal, sabemos cuál ha sido.
  • Después del pecho (sin reducir el número de tomas).
  •  Las primeras veces, en cantidad muy pequeña.
  •  Sin forzar.

Algunos niños aceptan los nuevos alimentos en seguida. Otros los rechazan, y sólo quieren pecho hasta los 8 0 10 meses o más. Si sigue engordando normalmente, quiere decir que están bien alimentado. No se preocupe, y, sobre todo, no intente obligarle a comer.

No existen motivos científicos para dar introducir los nuevos alimentos en un orden determinado. Podría darle, por ejemplo, primero arroz hervido, luego zanahoria hervida, lentejas, plátano, pollo… o justo al revés. El caso es que a los siete meses su hijo ya puede (si quiere) elegir entre distintos tipos de alimentos.

Los alimentos más alergénicos (leche de vaca y derivados, huevos, pescado, soja)es conveniente no darlos hasta el año, especialmente si hay antecedentes de alergia (en el niño o en la familia).

Para prevenir la celiaquía, conviene seguir dando el pecho al menos dos o tres meses después de introducir el gluten (trigo, cebada, centeno, avena… es decir, pan, pasta, galletas…), y durante este tiempo darle poca cantidad de gluten (que su principal cereal siga siendo el arroz). Hoy en día se recomienda ofrecer el gluten antes de los siete meses.

Libertad de horarios

En el siglo pasado había gente que creía que hay que dar de mamar con un horario fijo (“10 minutos cada 3 horas” era uno de los horarios más famosos). Claro, no funcionaba. Los horarios eran una de las principales causas de que las mujeres “se quedasen sin leche”.

La cantidad y la composición de la leche dependen de tres cosas: del número de tomas, de la duración de cada toma, de si toma cada vez un pecho o los dos (y en qué proporción). Es así como funciona el pecho. Sólo su hijo sabe cuándo y cuánto tiene que mamar. El reloj no lo sabe

Haga caso a su hijo, y olvídese del reloj.

Dar el pecho es libertad. Puede hacerlo siempre que quiera.

La mayoría de los bebés maman entre 8 y 12 veces en 24 horas (más o menos), repartidas irregularmente. En las primeras semanas suelen necesitar bastante tiempo, 15 o 20 minutos o más en un pecho, pero cada vez van más deprisa. Hacia los tres meses, muchos bebés maman en cinco minutos o menos.

Los bebés maman por la noche. Al principio algunos duermen muchas horas, pero hacia los 4 o 5 meses empiezan a despertarse varias veces cada noche, y siguen así durante uno o dos años, a veces más. Eso es lo normal.

Cómo funciona el pecho

Cuanto más mama el bebé, más leche sale.

O, más exactamente, cuanta más leche se saca, más leche sale. Puede sacar leche el bebé mamando, o se puede sacar con sacaleches o a mano. Sea como sea, el pecho no se vacía, sino todo lo contrario: cuanto más le sacas, más fabrica.

En cambio, si el bebé mama mucho pero no saca leche (porque está en mala posición , por ejemplo), se produce menos leche.

La producción de leche depende básicamente de tres hormonas:

  • La prolactina  

              Se produce al estimular el pezón (al mamar el bebé) y hace que se fabrique más leche.

  • La oxitocina

             Se produce incluso antes de tocar el pezón, al pensar en el bebé o al oír que llora.

             Hace que la leche salga disparada (por eso un pecho gotea mientras el bebé mama del otro…al menos las primeras semanas)

  • El FIL, Factor Inhibidor de la Lactancia

             Es una hormona que está en la misma leche, y que inhibe la producción.

             Si el bebé mama mucho, saca el FIL y se fabrica mucha leche.

             Si el bebé mama poco, el FIL se queda en el pecho y se fabrica poca leche.

             Así se regula exactamente, de una toma a la siguiente y en cada pecho por separado, la cantidad de leche que hay que fabricar.

 

No hay que espaciar las tomas “para que el pecho se llene”. Todo lo contrario: si se espacian las tomas, cada vez se fabrica menos leche.

No hay que hacer nada “para tener más leche”. Sería muy peligroso tener más leche de la que el niño toma: si cada día sobran 100 ml, en un mes son tres litros acumulados, ¿se imagina cómo tendría los pechos? Por fortuna, todos los métodos (hierbas, alimentos especiales, ejercicios…) para “tener más leche” son inútiles. El FIL se encarga de ello: cuando el bebé no puede acabarse toda la leche, el FIL se queda dentro e inhibe la producción.

Si da el pecho a demanda, todas las veces que su hijo lo pida y todo el tiempo que quiera, el pecho fabricará la cantidad exacta de leche que su hijo necesita.

La composición de la leche va cambiando a lo largo de la toma. Al principio sale leche más aguada, al final sale leche rica en grasa. No es lo mismo tomar 100 ml de un solo pecho que tomar 70 del primero y 30 del segundo, o 50 y 50. Sólo su hijo sabe cuánto necesita. A veces quieren el segundo pecho, a veces no.

La posición al pecho

Es importante que el bebé tenga la boca bien abierta, el pecho metido bien metido, y el pezón más bien en la parte alta de la boca. Los bebés maman apretando debajo de la areola con la lengua. Por tanto, tiene que haber suficiente distancia entre el pezón y el labio inferior para que pueda colocar la lengua y apretar.

Cuando el bebé no está bien colocado, cuando sólo agarra el pezón, se producen varios problemas:

  • Se le hunden las mejillas al chupar y hace ruido al tragar aire
  • Dolor y grietas en los pezones (porque hace demasiada fuerza y sólo en el pezón)
  • Está mucho rato en el pecho, no lo suelta nunca
  • Se queda con hambre, aunque igual ha mamado media hora o tres cuartos
  • Al cabo de muy poco vuelve a pedir, mama muchísimas veces al día
  • Echa muchas bocanadas de leche, a veces vomita (porque toma demasiada leche aguada, del principio, pero no consigue sacar la leche con más grasa del final)
  • Puede tener dolor de barriga, gases, diarrea (porque toma demasiada lactosa en vez de tomar grasa)
  • La madre tiene los pechos demasiado llenos
  • La madre se nota muy fuerte la “bajada” de la leche en cada toma
  • Engorda poco (pero a veces, a base de darle de mamar todo el santo día, engorda lo normal o incluso demasiado)

No siempre tendrá todos los síntomas. El dolor de los pezones y las tomas larguísimas suelen ser los síntomas más constantes.

El dolor en los pezones NO es normal. Si el bebé mama en buena posición, y si no hay ninguna infección ni otro problema en el pezón, NO tiene que doler.

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1.- Agarre espontáneo. Este niño ya tiene dos semanas, y lo mismo que un recién nacido, tiene la capacidad de buscar por sí mismo el pecho de forma espontánea. Al colocarlo sobre el abdomen de su madre, se mueve en dirección a los pechos. La madre ha colocado sus manos bajo los pies del bebé, para darle un punto de apoyo que le permita ascender.

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2.- Llegado al pecho, roza uno o ambos pezones con la cara y los labios (a veces con las manos). Parece “perdido”, pero no lo está. Estos roces sirven para estimular el pezón y desencadenar la producción de oxitocina y prolactina.

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3.- Finalmente, abre la boca y se prende al pezón. El agarre es excelente: la boca muy abierta, los labios evertidos, el eje del pecho apunta hacia el occipucio del bebé. La mayoría de los niños agarran el pecho muy bien si se les coloca boca abajo sobre su madre (que puede estar plana como aquí o reclinada en una tumbona), y si se les da tiempo para buscar el pecho por sí mismos, sin interferir. Algunos niños que rechazan el pecho en otras posturas se agarran cuando se les coloca sobre la madre, sin atosigarles.

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4.- El niño de la izquierda podría estar bien agarrado, pero el de la derecha está mucho mejor. La posición no es sólo “buena” o “mala”, hay un continuo. Hay una interacción entre la posición, el frenillo lingual y otros factores como el tamaño del pecho, la forma del pezón, el tamaño de la boca… Un bebé sin frenillo puede mamar en la posición de la izquierda, pero un bebé con frenillo necesitará una postura “de libro”, como la de la derecha. La diferencia es que hemos movido al bebé unos centímetros en dirección hacia sus pies, de forma que el cuello se dobla hacia atrás, la nariz se separa del pecho, la mandíbula desciende y se acerca más a la madre. El pezón entra más profundamente en la boca, y la lengua tiene más sitio para trabajar debajo de la areola.

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5.- Las mismas posiciones vistas desde otro ángulo. A la izquierda, el bebé está mirando hacia abajo, hacia el pecho. A la derecha, está mirando al frente, la nariz se ha separado del pecho, el cuello está claramente doblado hacia atrás.
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6.- A la izquierda, un agarre desastroso (hubo que mover al niño a propósito para hacer la foto, ¡con un mes, un bebé ya sabe mamar bien y no se va a agarrar tan mal de forma voluntaria!). Labios poco abiertos, labio inferior doblado hacia dentro, toda la areola fuera de la boca.

A la derecha, vea qué diferencia: la boca muy abierta, el labio inferior evertido, la mayor parte de la areola dentro de la boca (depende, claro, del tamaño de la areola. En este caso, la areola está completamente dentro de la boca por abajo, por la parte del labio inferior, pero asoma unos milímetros por encima del labio superior. Eso demuestra que el agarre no es simétrico: la areola no debe estar en el centro de la boca, sino en la parte superior. El eje del pecho, que saldría por el pezón, apunta al occipucio del bebé.

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7.- A la izquiera, la posición que se suele llamar “a caballito”. Puede ser muy útil para bebés con  hipotonía o con dificultades para mamar; la madre tiene un buen control y mira a su hijo a los ojos. El cuello está claramente doblado hacia atrás. Obsérvese que el bebé, más que sentado en el muslo de la madre, está echado sobre el muslo; si se sentase le quedaría la cabeza demasiado alta respecto al pecho.

A la derecha, una postura para dar el pecho en la cama que se recomienda en muchos libros: madre e hijo de lado, cara a cara. Puede funcionar durante el día, pero fíjese en la mano de la madre: está empujando a su bebé por la espalda para mantenerlo bien pegado. Si deja de empujar, el bebé se separará, se girará hacia afuera y le pegará un buen tirón al pezón. En esta postura, la madre no puede dormirse ni relajarse, porque debe estar todo el rato pendiente de empujar a su hijo y mantenerlo pegado. En cambio, en la posición que veíamos al principio, la madre boca arriba y el bebé encima, boca abajo, el bebé se mantiene en su sitio por la gravedad (estará más estable cruzado en diagonal sobre el cuerpo de su madre), y mamá puede relajarse y dormirse.

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8.- Es importante que el eje del pecho y el eje del bebé coincidan en todos los planos, como en la imagen de la derecha. El eje del pecho apunta hacia el occipucio del bebé. En la imagen de la izquierda, el pecho y la boca del bebé forman un ángulo; así no puede mamar igual de bien.

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9.- Las siguientes imágenes muestran a otra madre con otro bebé; este tiene seis meses. Ya está muy grande para la posición “a caballito”, vea como la madre tiene que estirarse para intentar ponerle el pecho a la altura de la boca.

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10- Aquí la madre sujeta al bebé con el brazo del mismo lado que el pecho. Observe que su mano no está en el culito del bebé, sino en la parte alta de la espalda. Es muy común el error de sujetar al bebé como si se le fuera a dar un biberón (porque hemos visto muchas veces dar el biberón, en foto o en la realidad, pero no es tan habitual ver bebés mamando. Nos faltan modelos culturales). Si la mano de la madre está en el culito, la cabecita del bebé está en el codo, y el bebé tendrá que doblar el cuello hacia abajo para llegar al pecho: la nariz se entierra en el pecho mientras la mandíbula se sale del sitio. En cambio, con la mano de la madre en la los hombros del bebé, la cabecita está en el antebrazo materno y el bebé dobla el cuello hacia atrás. Obsérvese que la mamá usa la otra mano para empujar el culito del bebé y mantener todo su cuerpecito pegado al de ella.

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11.- Si la madre no empuja el culito con la otra mano es fácil que ocurra como en la imagen de la izquierda: el cuerpo del bebé se ha ido separando del de la madre. Eso hace que el ángulo de la cabeza cambie; la nariz se acerca al pecho, la mandíbula se separa, el pezón se separa de la boca. A pesar de todo, este bebé sigue mamando bien, pero que ya tiene cuatro meses, y sabe mamar en cualquier posición; pero un recién nacido podría tener serias dificultades. A veces las mamás con experiencias sufren grietas con su segundo hijo, porque colocan al recién nacido como poco antes colocaban al hermanito de dos años. Pero un recién nacido necesita una posición mejor.

En la imagen de la derecha, la madre sujeta al bebé (piernas y tronco) con el brazo contrario al pecho, lo que permite mantener al bebé bien pegado a la madre, mamando en excelente posición. Sólo la cabecita queda libre, el bebé ya la colocará como quiera. No conviene empujarlos por la nuca; se enfadan.

 

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12.- A la izquierda, también se puede dar el pecho de pie. A la derecha, la posición que llaman “en balón de rugby”, en la que la madre tiene un buen control y puede mirar a su hijo a los ojos.

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13.- Un par de posiciones “de fantasía”. Cuando hay un conducto obstruido o una mastitis, se recomienda que la lengua del bebé quede justo donde está la obstrucción, porque esa es la zona del pecho que mejor se vaciará. Cuando la madre está boca arriba en la cama, el bebé puede dar la vuelta completa y ponerse en cualquier posición.

Fotografías © de Marta Bacardit para la revista Ser Padres