Es importante que el bebé tenga la boca bien abierta, el pecho metido bien metido, y el pezón más bien en la parte alta de la boca. Los bebés maman apretando debajo de la areola con la lengua. Por tanto, tiene que haber suficiente distancia entre el pezón y el labio inferior para que pueda colocar la lengua y apretar.
Cuando el bebé no está bien colocado, cuando sólo agarra el pezón, se producen varios problemas:
- Se le hunden las mejillas al chupar y hace ruido al tragar aire
- Dolor y grietas en los pezones (porque hace demasiada fuerza y sólo en el pezón)
- Está mucho rato en el pecho, no lo suelta nunca
- Se queda con hambre, aunque igual ha mamado media hora o tres cuartos
- Al cabo de muy poco vuelve a pedir, mama muchísimas veces al día
- Echa muchas bocanadas de leche, a veces vomita (porque toma demasiada leche aguada, del principio, pero no consigue sacar la leche con más grasa del final)
- Puede tener dolor de barriga, gases, diarrea (porque toma demasiada lactosa en vez de tomar grasa)
- La madre tiene los pechos demasiado llenos
- La madre se nota muy fuerte la “bajada” de la leche en cada toma
- Engorda poco (pero a veces, a base de darle de mamar todo el santo día, engorda lo normal o incluso demasiado)
No siempre tendrá todos los síntomas. El dolor de los pezones y las tomas larguísimas suelen ser los síntomas más constantes.
El dolor en los pezones NO es normal. Si el bebé mama en buena posición, y si no hay ninguna infección ni otro problema en el pezón, NO tiene que doler.
1.- Agarre espontáneo. Este niño ya tiene dos semanas, y lo mismo que un recién nacido, tiene la capacidad de buscar por sí mismo el pecho de forma espontánea. Al colocarlo sobre el abdomen de su madre, se mueve en dirección a los pechos. La madre ha colocado sus manos bajo los pies del bebé, para darle un punto de apoyo que le permita ascender.
2.- Llegado al pecho, roza uno o ambos pezones con la cara y los labios (a veces con las manos). Parece “perdido”, pero no lo está. Estos roces sirven para estimular el pezón y desencadenar la producción de oxitocina y prolactina.
3.- Finalmente, abre la boca y se prende al pezón. El agarre es excelente: la boca muy abierta, los labios evertidos, el eje del pecho apunta hacia el occipucio del bebé. La mayoría de los niños agarran el pecho muy bien si se les coloca boca abajo sobre su madre (que puede estar plana como aquí o reclinada en una tumbona), y si se les da tiempo para buscar el pecho por sí mismos, sin interferir. Algunos niños que rechazan el pecho en otras posturas se agarran cuando se les coloca sobre la madre, sin atosigarles.
4.- El niño de la izquierda podría estar bien agarrado, pero el de la derecha está mucho mejor. La posición no es sólo “buena” o “mala”, hay un continuo. Hay una interacción entre la posición, el frenillo lingual y otros factores como el tamaño del pecho, la forma del pezón, el tamaño de la boca… Un bebé sin frenillo puede mamar en la posición de la izquierda, pero un bebé con frenillo necesitará una postura “de libro”, como la de la derecha. La diferencia es que hemos movido al bebé unos centímetros en dirección hacia sus pies, de forma que el cuello se dobla hacia atrás, la nariz se separa del pecho, la mandíbula desciende y se acerca más a la madre. El pezón entra más profundamente en la boca, y la lengua tiene más sitio para trabajar debajo de la areola.
5.- Las mismas posiciones vistas desde otro ángulo. A la izquierda, el bebé está mirando hacia abajo, hacia el pecho. A la derecha, está mirando al frente, la nariz se ha separado del pecho, el cuello está claramente doblado hacia atrás.
6.- A la izquierda, un agarre desastroso (hubo que mover al niño a propósito para hacer la foto, ¡con un mes, un bebé ya sabe mamar bien y no se va a agarrar tan mal de forma voluntaria!). Labios poco abiertos, labio inferior doblado hacia dentro, toda la areola fuera de la boca.
A la derecha, vea qué diferencia: la boca muy abierta, el labio inferior evertido, la mayor parte de la areola dentro de la boca (depende, claro, del tamaño de la areola. En este caso, la areola está completamente dentro de la boca por abajo, por la parte del labio inferior, pero asoma unos milímetros por encima del labio superior. Eso demuestra que el agarre no es simétrico: la areola no debe estar en el centro de la boca, sino en la parte superior. El eje del pecho, que saldría por el pezón, apunta al occipucio del bebé.
7.- A la izquiera, la posición que se suele llamar “a caballito”. Puede ser muy útil para bebés con hipotonía o con dificultades para mamar; la madre tiene un buen control y mira a su hijo a los ojos. El cuello está claramente doblado hacia atrás. Obsérvese que el bebé, más que sentado en el muslo de la madre, está echado sobre el muslo; si se sentase le quedaría la cabeza demasiado alta respecto al pecho.
A la derecha, una postura para dar el pecho en la cama que se recomienda en muchos libros: madre e hijo de lado, cara a cara. Puede funcionar durante el día, pero fíjese en la mano de la madre: está empujando a su bebé por la espalda para mantenerlo bien pegado. Si deja de empujar, el bebé se separará, se girará hacia afuera y le pegará un buen tirón al pezón. En esta postura, la madre no puede dormirse ni relajarse, porque debe estar todo el rato pendiente de empujar a su hijo y mantenerlo pegado. En cambio, en la posición que veíamos al principio, la madre boca arriba y el bebé encima, boca abajo, el bebé se mantiene en su sitio por la gravedad (estará más estable cruzado en diagonal sobre el cuerpo de su madre), y mamá puede relajarse y dormirse.
8.- Es importante que el eje del pecho y el eje del bebé coincidan en todos los planos, como en la imagen de la derecha. El eje del pecho apunta hacia el occipucio del bebé. En la imagen de la izquierda, el pecho y la boca del bebé forman un ángulo; así no puede mamar igual de bien.
9.- Las siguientes imágenes muestran a otra madre con otro bebé; este tiene seis meses. Ya está muy grande para la posición “a caballito”, vea como la madre tiene que estirarse para intentar ponerle el pecho a la altura de la boca.
10- Aquí la madre sujeta al bebé con el brazo del mismo lado que el pecho. Observe que su mano no está en el culito del bebé, sino en la parte alta de la espalda. Es muy común el error de sujetar al bebé como si se le fuera a dar un biberón (porque hemos visto muchas veces dar el biberón, en foto o en la realidad, pero no es tan habitual ver bebés mamando. Nos faltan modelos culturales). Si la mano de la madre está en el culito, la cabecita del bebé está en el codo, y el bebé tendrá que doblar el cuello hacia abajo para llegar al pecho: la nariz se entierra en el pecho mientras la mandíbula se sale del sitio. En cambio, con la mano de la madre en la los hombros del bebé, la cabecita está en el antebrazo materno y el bebé dobla el cuello hacia atrás. Obsérvese que la mamá usa la otra mano para empujar el culito del bebé y mantener todo su cuerpecito pegado al de ella.
11.- Si la madre no empuja el culito con la otra mano es fácil que ocurra como en la imagen de la izquierda: el cuerpo del bebé se ha ido separando del de la madre. Eso hace que el ángulo de la cabeza cambie; la nariz se acerca al pecho, la mandíbula se separa, el pezón se separa de la boca. A pesar de todo, este bebé sigue mamando bien, pero que ya tiene cuatro meses, y sabe mamar en cualquier posición; pero un recién nacido podría tener serias dificultades. A veces las mamás con experiencias sufren grietas con su segundo hijo, porque colocan al recién nacido como poco antes colocaban al hermanito de dos años. Pero un recién nacido necesita una posición mejor.
En la imagen de la derecha, la madre sujeta al bebé (piernas y tronco) con el brazo contrario al pecho, lo que permite mantener al bebé bien pegado a la madre, mamando en excelente posición. Sólo la cabecita queda libre, el bebé ya la colocará como quiera. No conviene empujarlos por la nuca; se enfadan.
12.- A la izquierda, también se puede dar el pecho de pie. A la derecha, la posición que llaman “en balón de rugby”, en la que la madre tiene un buen control y puede mirar a su hijo a los ojos.
13.- Un par de posiciones “de fantasía”. Cuando hay un conducto obstruido o una mastitis, se recomienda que la lengua del bebé quede justo donde está la obstrucción, porque esa es la zona del pecho que mejor se vaciará. Cuando la madre está boca arriba en la cama, el bebé puede dar la vuelta completa y ponerse en cualquier posición.
Fotografías © de Marta Bacardit para la revista Ser Padres